En la calle, en un bar, en el trabajo o incluso en casa, es posible que un día seas testigo de una agresión física o verbal. Si esto te ocurre, tal vez te preguntes cuál es la mejor actitud que debes adoptar:
- ¿Debes intervenir?
- ¿Cómo apoyar a la víctima?
- ¿A qué te arriesgas si no haces nada?
Esperamos que nunca tengas que presenciar (¡o incluso sufrir!) una agresión, pero si algún día ocurriera, ¡aquí tienes los reflejos adecuados que debes conocer!
¿Cómo reaccionar ante una agresión?
¿Están agrediendo o acosando a alguien delante de ti? Aquí tienes nuestros consejos:
- ¡Mantén la cabeza fría y llama al 17 lo antes posible!
Cuando te pongas en contacto con la policía, dales información sobre la agresión en curso: el lugar de la agresión, el número de agresores (¡y si van armados!), el número de víctimas, la posible presencia de niños, el código del edificio, etc. Con esta información, la intervención de las fuerzas de seguridad se verá enormemente facilitada.
- Reacciona de forma proporcionada a la agresión.
Por ejemplo, si el individuo malintencionado está armado, no intentes intervenir, podrías resultar herido. Es mejor esperar a que intervenga la policía. En cambio, si crees que puedes detener la violencia de la que estás siendo testigo, intervén enfrentándote al agresor, distrayéndole o movilizando a otros testigos del lugar para que no se queden de brazos cruzados.
¿Tienes miedo de intervenir porque temes que tus acciones no se consideren legalmente justificadas? Esto es lo que dice el Código Penal sobre la legítima defensa y la no asistencia a una persona en peligro:
- Artículo 122-5 del Código Penal: "No es penalmente responsable el que, ante un ataque injustificado contra sí mismo o contra otros, realiza, al mismo tiempo, un acto exigido por la necesidad de la legítima defensa o de la legítima defensa de otros, salvo que exista desproporción entre los medios de defensa empleados y la gravedad del ataque".
¿Y si prefieres no intervenir, porque tienes miedo o porque consideras que no es asunto tuyo? Cuidado, la no asistencia a una persona en peligro está penada por la ley:
- Artículo 223-6 del Código Penal: « El que pudiendo impedir con su acción inmediata, sin riesgo para sí o para terceros, un delito o una falta contra la integridad física de la persona se abstuviere voluntariamente de hacerlo, será castigado con cinco años de prisión y multa de 75.000 euros. Será castigado con las mismas penas el que voluntariamente se abstuviere de prestar a una persona en peligro el auxilio que, sin riesgo para sí o para terceros, hubiera podido prestarle por su acción personal o provocando el auxilio. »
Sentir miedo es normal cuando uno es testigo de una agresión o un acoso, pero si estás a salvo, lo menos que puedes hacer es ponerte en contacto con la policía para que intervenga. No hay obligación de enfrentarse a un agresor, sobre todo si va armado, así que tu respuesta debe depender de lo peligrosa que sea la amenaza a la que te enfrentas.
¿Cómo reaccionar ante la víctima?
¿Crees que puedes intervenir para evitar una agresión? ¿No sabes cómo comportarte con la víctima?
Durante el incidente, apoya a la víctima aunque intente minimizar la situación o el agresor intente culparla: cree siempre a la víctima.
Después del hecho, la actitud a adoptar es la siguiente:
- Ser presente por la víctima, aunque no la conozcas: pregúntale cómo está y exprésale tu apoyo.
- Anima a la víctima a denunciar el incidente, pero no la fuerces si no quiere hacerlo. Una agresión es impactante y a veces hay que dar tiempo a la víctima para que recapacite y dé los primeros pasos. En este caso, déjale tus datos de contacto y dile que puedes aportar pruebas para corroborar los hechos.
¿Desea la víctima ir a la comisaría a presentar una denuncia? Ofrécele tu testimonio acompañado de pruebas si las tienes (fotos, grabación sonora o de vídeo).
¿Es posible recibir ayuda psicológica tras haber presenciado un acto malintencionado?
¿Aunque no te hayan agredido, no te sientes muy bien desde que presenciaste un acto de violencia? Es normal:
- Puedes sentirte culpable porque crees que podrías haber hecho más;
- Puedes sentirte inseguro en tus actividades cotidianas: antes de la agresión, no pensabas en ello, pero ahora tienes un recuerdo vívido del acto violento en un rincón de tu cabeza.
No dudes en ponerte en contacto con una asociación de ayuda a las víctimas: los testigos de agresiones también se ven afectados por este trauma y es importante no minimizar lo que sientes para mejorar.
También puedes equiparte con un arma de autodefensa para tranquilizarte: bote de gas lacrimógeno, descarga de bolsillo o porra telescópica... No dudes en descubrir nuestra selección de productos de autodefensa.