En Pelta Défense, hablamos regularmente con nuestros clientes. Para informarles y aconsejarles sobre nuestros productos, por supuesto, pero no sólo. Con demasiada frecuencia, nuestros clientes también nos transmiten relatos escalofriantes de agresiones.
A lo largo de los años, hemos llegado a la conclusión de que la gente suele equiparse con un arma de autodefensa cuando ya es demasiado tarde: cuando el ataque ya se ha producido.
Mientras que equiparse con un arma de defensa, como medida de precaución, antes de cualquier intento de agresión, habría sido mucho más sensato.
Hoy vamos a explicar por qué es necesario llevar un bote de gas lacrimógeno o incluso un arma de choque de bolsillo cuando se tiene la suerte de no haber sido agredido. Y para ello nos vamos a basar en el testimonio de uno de nuestros clientes: Valentine, 35 años, de la región de Lyon.
¿Por qué la gente se equipa con un arma de defensa personal?
Entre nuestros clientes, encontramos a personas que viven con una constante sensación de inseguridad:
- Mujeres que vuelven tarde a casa después del trabajo y utilizan el transporte público por la noche;
- Personas que viven en un barrio sensible donde las agresiones verbales y físicas son habituales;
- Personas de la comunidad LGBTQ+ que saben que pueden ser objeto de agresiones en la ciudad;
- Etc.
Como estas personas buscan tranquilizarse, se equipan con un arma defensiva, casi siempre un bote de gas lacrimógeno, que pueden utilizar si alguna vez tienen un mal encuentro.
Pero entre nuestros clientes también hay muchos que ya han sido agredidos o cuyos familiares lo han sido recientemente. Esto no es sorprendente, ya que los seres humanos tendemos naturalmente a pensar que las cosas malas sólo les ocurren a los demás. Pero en realidad, todos podemos ser víctimas de una agresión algún día.
¿Por qué es mejor equiparse antes de ser atacado?
La pena es que en muchos casos el ataque podría haberse evitado. De hecho, en muchas situaciones basta con sacar un bote de gas lacrimógeno del bolso para que la persona que intenta agredirnos decida huir.
Las armas de autodefensa rara vez se utilizan en la realidad: tienen un fuerte poder disuasorio y es fácil entender por qué cuando ya se ha experimentado el irritante rocío en los ojos.
Del mismo modo, cuando la agresión es inevitable, disponer de un arma de autodefensa permite defenderse y limitar los daños, lo que es mucho más difícil cuando no se está equipado. Y esto también se aplica a las personas que conocen las técnicas de defensa personal: ¡los ataques suelen ser tan rápidos que a veces uno no sabe cómo reaccionar!
Valentine, de 35 años, dice: "Creía que era lo bastante fuerte para defenderme".
Hoy damos la palabra a Valentine, lionesa de 35 años. Hace unos meses fue víctima de una agresión. La historia tiene un final feliz. Al menos, podría haber tenido un final mucho peor si no hubiera tenido la suerte de cruzarse con alguien que llevaba un bote de gas lacrimógeno.
Esperamos que su historia te haga tomar conciencia de por qué es fundamental equiparse con un arma de defensa personal antes de ser agredido.
No esperes a que te agredan para equiparte con un arma de autodefensa: ¡contacta con nosotros para que nuestro equipo te recomiende el bote de gas lacrimógeno o el arma de choque de bolsillo que necesitas para defenderte!